Invención, devoción popular, religiosidad, espectacularidad: todo esto y otro incluye la exposición del Museo del Tesoro de San Gennaro, en un itinerario de obras largo 7 siglos, que hoy se puede admirar intacto gracias al trabajo merecedor de la Diputación. En efecto, muchos de los objetos expuestos han sido salvados y preservados de los frecuentes saqueos de aquel tiempo, logrando llegar hasta nuestros días ilesos, testigos de una historia ejemplar de artesanía que va desde el siglo XIV. Las obras maestras expuestas en el Museo del Tesoro de San Gennaro documentan la extraordinaria capacidad de escultores y plateros Napolitanos que han sabido conciliar sabiduría técnica y creatividad. Cálizes, píxides, candeleros, platos, ostensorios con los bustos y las estatuas de los Santos Patrones y los otros objetos expuestos, son el resultado de un equipo de maestros altamente calificados en su campo. Escultores, entalladores, soldadores, ensembladores del tiempo, realizaron obras maestras de rara belleza.
El Museo, nacido en 2003, bajo el Alto Patrocinio del Presidente de la Repύblica Italiana, y la Superintendencia Especial del Polo Museal de Nápoles y de la Superintendencia para los Bienes arquitectónicos del Paesaje y del Patrimonio Histórico y Artístico, es un Museo joven y ya tiene muchísimos visitantes. Entre ellos, hay también muchos huéspedes ilustres que han visitado el Museo, empezando por los Presidentes de la Repύblica Italiana Oscar Luigi Scalfaro y Carlo Azeglio Ciampi, siguiendo con la Reina de Bélgica, Paola di Liegi y el Premio Nobel por la Paz Lech Walesa, el ambajador americano Roland Spogli, el ambajador japonés Iwaya Yakeshi y el de Brasil Adhemar Gabriel Bahadian y muchos otros personajes internacionales de la política y de la cultura.
Un camino artístico, cultural, cronológico ύnico en el mundo que representa un irrepetible testimonio de la historia del arte napolitano de la manifactura, del oro y de la palta entre lo siglos XIV y XX. Las obras están recogidas por tipo, favorecendo así un efecto escenográfico, gracias también a la sabia iluminación de los ambientes.
Un Museo emocional, por lo tanto, un itinerario fascinante que permite al visitante admirar los principales testimonios del arte napolitano de la plata hasta disfrutar de los ambientes aislados y discretos de le Sacristía. El camino se desarrolla a través salas en las que hay diferentes tipos de objetos: desde los que tienen un uso litúrgico cotidiano – por ejemplo cálizes, píxides, lámparas – hasta los equipos para el altar y las estatuas y los bustos reliquiarios que se llevaron en procesión durante ciertos festivales en presencia de grandes multitudes. Estas estaban listas para pedir la intervención del Santo para conjurar desastres, peste y hambre.
El extraordinario y único patrimonio artístico y cultural en mostra en el Museo del Tesoro de San Gennaro es enriquecido con obras maestras de valor inestimable y de rara belleza, donados sobretodo por soberanos. En efecto, hubo muchísimas dinastías que reinaron en Nápoles y que, a lo largo de los siglos, dejaron regalos muy preciosos para el Santo Patrón.
Cinco de las 10 maravillas elegidas para este volumen están permanentemente expuestas en el Museo del Tesoro de San Gennaro.
En el Museo, hay cinco obras maestras, considerados entre los más ricos e importantes del mundo. En 1679 el orfebre Michele Dato realizó el famoso collar de San Gennaro, que está compuesto de 13 mallas de oro con diamantes, esmeraldas y rubíes, donadas por la Diputación y a las cuales después se sumarán otros objetos preciosos. Por este collar, en 1734, fue donada por Carlos de Borbón una cruz con 13 brillantes y 13 rubíes; en 1793 una cruz con 63 diamantes fue donada por la Reina Amalia de Borbón; una cruz con 106 brillantes y 6 zafiros fue donada por Maria Carolina de Austria en 1775; una serie con 64 rosas de Holanda, 4 esmeraldas y 248 brillantes fue regalada por la Reina Cristina de Saboya en 1836. Durante los años, el Tesoro de San Gennaro se ha hecho siempre más grande.
En 1712 se decidió enriquecer el busto de San Gennaro con una mitra, de manera que en las ocasiones solemnes su cabeza pudiera parecer cubierta por algo más imponente que el casquete. La hizo el orfebre Matteo Treglia el año siguiente, de plata, adornada con 3.694 piedras preciosas: 3.328 diamantes, 198 esmeraldas, 168 rubíes. Esta fue la primera obra imponente de lo que hoy se conoce como el Tesoro de San Gennaro. Más tarde, en 1756, el hermosísimo cáliz de oro, brillantes, rubíes y esmeraldas encargado por el Rey niño Ferdinando IV de Borbón al orfebre Michele Lofrano y donado a San Gennaro en el año de su ascensión al trono a la joven edad de 8 años. De particular belleza y refinamiento es la Píxide de oro, con rubíes, esmeraldas, diamantes y cruz gemada de manifactura napolitana, donada en 1831 por el Rey Ferdinando II de Borbon. Última joya, guardada en el caveau del Banco de Nápoles, es la espectacular Cruz episcopal de oro, diamantes y esmeraldas, hecha en 1878 y donada por Margherita y Umberto I de Saboya en 1879.